El Barrio de Santa Rita

Recopilación de las notas más relevantes del Periódico Impreso Tercera Edad que circuló por mas de 20 años

 

El Barrio de Santa Rita

Por Martha Esperanza Carreón

Periódico Tercera Edad del año 2007

En mi niñez no había más que dos clases de niños – niñas, la primera eran los ricos y la segunda clase los pobres. Afortunadamente yo pertenecí a esta última o sea los de segunda clase lo digo con satisfacción porque ahora que han pasado los años y que puedo aquilatar las cosas buenas que me formaron tengo que agradecer a nuestro padre celestial que sucedieran así.

La Asociación Cristiana de Jóvenes mejor conocida como la YMCA instituyó un beneficio comunitario para los muchachos de barriada y de provecho personal. Para una navidad me invitaron a participar en un festival donde yo declamé una poesía alusiva a la fecha. Porque ya se había formado la obra de barrio con hombrecitos algunos niños les permitían correr bolas a otros tal vez por medio de las escuelas en las que asistíamos a clases corrieron la voz de lo que ahí se proporcionaba gratis.

Cuando yo llegué acompañada de mi hermano Jorge Manuel ya eran varios chicos reunidos, conocí al profesor José María Vergara «Chema» como cariñosamente lo llamaban y como a mi hermano le apodaban “el brujo” ya que tenía un estilo de jugar parecido al destacado básquetbolista Alfredo «brujo» Ortiz.

El profesor arriba mencionado de inmediato me puso la «brujita» a mí me dio mucho gusto el nombre yo no sabía lo que significaban los apodos para ser conocidos por las demás personas.

Fue la primera vez que se repartieron despensas las cuales a mi corta edad se me hacían enormes pues se necesitaban los dos brazos para poderlas abarcar o sostenerlas bastantes surtidas, además de mandado traían galletas y dulces. Tiempo después comenzó la obra de barrio de niñas que vivíamos a los alrededores barrio del Pacifico, colonia Rubio, los de la Rinconada de la calle 18, hoy Boulevard Díaz Ordaz desde la calle 34 y Batallón de San Patricio actualmente había huertas que producían maíz, fríjol, hortalizas, alfalfa, árboles frutales, membrillos, higos, manzanos, nogales, nopales y flores y árboles de ornato que les permitían descansar bajo su sombra a los moradores de las mismas huertas.

Para cruzarlas dos caminos podían ser transitados pero si por algún motivo no era el correcto se perdía uno y tenía que volver a desandar porque creía que había avanzado.

También tenían animales para ayudarse en sus labores caballos, vacas, marranos y perros.

Por el acueducto colonial era tan abundante la corriente de agua que todo el año había suficiente para usos múltiples aparte de los cultivos para lavar ropa, trastos, regar los pisos de terrado de las casas, asearse y bañarse en las pilas pues era limpia y cristalina el agua.

La mayoría de los vecinos no contaban con servicios como los que hay ahora, ni de agua porque no tenían pozos las casas se sacaba el preciado líquido con un lacito un balde con contrapeso de una piedra sostenida por un alambre o bien otras personas tenían sus norias extraían el agua por medio de un cigüeñal o burro como se le llamaba o por medio de una rondana de botes mantequeros.

Mi abuelita calentaba en el sol una tina con agua para bañarnos cuando era buen tiempo bien cuando hacía frío en la estufa de leña para que no fuéramos a enfermar. A pesar de carecer de algunas comodidades puedo decir que vivíamos bien nunca nos faltó lo indispensable porque mí mamá quedó viuda y trabajó mucho para sacarnos adelante, ellas dos nos dieron su apoyo además de inculcarnos valores que ahora comprendo fe, trabajo, dedicación constancia, etc.

A espalda de la casa estaba un barranco y una cuadra de cuartos que se conocía como el presidio blanco ya que decían que para eso lo utilizó el general Francisco Villa.

Años después empezaron a fraccionar y a fincar ahora se conocen estas calles como el fraccionamiento Santa Rita, se construyó el gimnasio Rodrigo M. Quevedo, el Colegio Palmore, la secundaria, preparatoria, guarderías, casas habitacionales, locales comerciales que cuentan con toda clase de servicios luz, agua, gas, luz mercurial y pavimentación.

En aquellos años no se contaba con ellos la única llave de agua potable estaba ubicada en la calle 18a y Allende donde los vecinos iban con ollas, baldes, barricas, botes para llevar y acarrear a sus casas para el consumo doméstico, preparar sus alimentos, caldos, sopas, chile colorado, guisados de carne seca, amasar harina para hacer tortillas, lavar el nixtamal para ir al molino que se hallaba a la otra cuadra en la calle Morelos y 18a.

Tomar un vaso de agua siempre es saludable por eso cuando ahí en las instalaciones de la Guay nos permitían hacer ejercicios de calentamiento jugar sobre todo disfrutar del baño de las regaderas nos prestaban toallas para secarnos y nos daban trocitos de jabón (estos eran del tamaño de los jabones de los hoteles y de los baños públicos de vapor con sus respectivos estropajos).

En el tiempo de primavera y verano podíamos disfrutar de las dos albercas la chica y la grande siempre al cuidado de los maestros (as) de grata memoria en aquel entonces fueron Roberto Che Saldivar, Roberto Porky Allande, Arturo Zuek, José Isabel Arredondo, Francisco y Conce Balderrama, Juan Olguín, Rodolfo Quintero, José Pistolas Meneses, José María Vergara, la incomparable «Chole” Lozano, Cristina y su hermana, Celia García, Emma Almanza, todos así famosos Dorados y Adelitas de Chihuahua, la jovencita María Eugenia Meuchí, hija de don Miguel unas finas personas ella era socia de la Guay pero daba su tiempo para estar pendientes de las niñas.

Se nos indicaba que no deberíamos faltar, nos cuidaban para que no fuéramos a tener accidentes, nos enseñaron a convivir con otras niñas que vivían poco más retirado pero no mucho está fue una obra de amor que se lleva a cabo gracias a la buena voluntad por personas que tan generosamente dieron de su trabajo, tiempo y dinero con el fin de hacernos pasar días felices que se quedaron en el cuerpo en la mente en el corazón de cada uno de los que vivimos en beneficiados ya que siempre nos dieron amor y servicio a todos las gracias, ellos seguirán con vida en el recuerdo.