“New Castle»

A partir de esta semana reproduciremos las notas más relevantes del periódico impreso Tercera Edad que circulo por más de 20 años en esta capital.

Tercera Edad 2006

«New Castle»

Por: Alejandro Pérez de los Santos +

Allá por mil novecientos treinta llegó a Chihuahua la epidemia de New Castle que afectaba a las gallinas, se ponían como las vacas locas, dormían y ya no despertaban, los gallos cantaban sin ton ni son, los pollos piaban, tenían calentura, tosían y se morían.

Doña Juanita que tenía docenas de aves ya ni hallaba que hacer, pero gallina que se moría iba a parar a la olla del caldo y en verdad que era sabroso.

Sin embargo a los gatos nada les ocurría andaban muy orondos pintando en las noches figuras chinescas por las cornisas.

Tampoco nada les ocurría a los perros.

Gentes exageradas manifestaban que las gallinas enfermas ponían huevos cuadrados.

Pero a Doña Albina la esposa de don Pancho nada le hacía la epizootia y es que ella les daba de comer puras cucarachas a sus gallináceas.

Poco tiempo después les llegó la epidemia a los chivos y chivas.

En aquel entonces había millares en Aldama y empezaron a morir.

La gente no conocía los alcances de las pandemias de este tipo y se las comía gustosa. Lo raro era qué no les hacía mal o tal vez no se daban cuenta:

Lo curioso es que al parecer no había epidemia que acabara con los perros.

Había canes de muchos años, y conocí al «Golondrino» un animal que al parecer vivió por más de ochenta años.

Ya estaba el pobre muy desvencijado.

Se hizo hocicón, ladraba ronco, a veces cojeaba tal vez por la artritis, y casi no miraba bien pues tenía que acercarse algún objeto que quisiera contemplar casi hasta la nariz. Tampoco escuchaba bien y cuando deseaba oír la gravonola se arrimaba mucho, en peligro que fueran a agarrarlo los engranes o alguna aguja.

Otro perro que duró por años fue el de la RCA Víctor que salía retratado en los discos. ,

De otros animales nada sé.-

De los cocodrilos que según esto viven mucho, yo conocí uno que tenían en la vieja cárcel municipal de Chihuahua. No sé para qué ni cómo terminó sus días quizá en un buen consomé de saurio para alimentar a los presos algún día de vigilia.