El resultado de todo un año de investigación astronómica de los cielos de Chihuahua, realizada por el periodista Andrés Páez Joannis, se presentará en una exposición pictórica el próximo jueves 11 de febrero en el vestíbulo de la Biblioteca Central Carlos Montemayor a las 19:00 horas.
La exposición “Chihuahua y su maravilloso universo” será una espectacular muestra fotográfica de diferentes puntos del estado grande y de la propia capital, acerca de la investigación astronómica que rindió frutos a pesar de las distintas inclemencias del tiempo.
La muestra consta de aproximadamente 35 fotografías con dos temas esenciales: el paisaje chihuahuense y la astrofotografía en lugares del estado como Majalca, el Cañón Bachimba y las majestuosas Barrancas del Cobre en la Sierra Tarahumara.
La segunda parte comprende fotografías de cielo profundo, que son los objetos que se encuentran más allá de nuestro Sistema Solar, como nebulosas, cúmulos estelares, un ejemplo de estas tomas son de la Nebulosa de Orión, ubicada a 1,344 años luz de la tierra; o del cúmulo de estrellas del M15 que se encuentra a una distancia de 33,600 años luz de la tierra, y 175 años luz de diámetro cuyo centro está formado por más de 100,000 estrellas.
“Chihuahua y su maravilloso universo”, es la continuación de una exposición presentada hace un año con la misma temática y con ella la Biblioteca “Carlos Montemayor”, abre uno de sus espacios preferidos para la comunidad artística para dar a conocer su arte, así que será la primera de este 2016.
Andrés Páez es egresado de la carrera de Periodismo de la UACH, actualmente es miembro de la Liga Astronómica del Museo Semilla, donde participa con un grupo de especialistas en diferentes instituciones del país, y desde siempre se ha inclinado por la fotografía, rama de las artes en la que se ha especializado en diferentes instituciones del país.
En este trabajo, el autor relata que para poder tomar este tipo de fotografías fue necesario cubrir ciertos requisitos, entre los que se encuentra tener un cielo completamente despejado, sin intervención de la luz de la Luna o las nubes, porque entorpecen la visión de espacio profundo.