10/abril/17.-El sacerdote Manuel Granados Ávila que es párroco del templo de San José de los Tarahumaras, celebró una misa al pie del monumento de la plaza del Ángel, dedicada a todos los asentamientos indígenas de esta ciudad. Parte del mensaje de la liturgia se hizo en rarámuri.
La celebración tuvo un desarrollo cristiano normal, más algunas costumbres paganas que se observan en la sierra, como el danzar a los cuatro punto cardinales, entre otros. Claro fue que los fieles asistieron a la ceremonia religiosa, con pintura en el rostro y mostrando sus mejores galas.
El rito es que el padre va comenzar la danza junto con los rarámuris previamente bendiciendo las ramas, de la región de Coyame y de Batopilas.
Los danzantes son dirigidos por los tamborileros, que encabezan la procesión de loa fieles llegando al altar, el sacerdote empieza el rito haciendo las oraciones de liturgia ordinaria.
El padre exhorta a cada uno de los asentamientos a que vivan los valores de la Semana Santa.
Lo característico de esta celebración es su cosmovisión, como sus trajes típicos de la región, con su bandera de color blanco que quiere decir que el pueblo rarámuri, es un pueblo de paz. No solo es una tradición católica sino una fiesta para ellos, que le oran a Onarúame, que es Dios.
Otras de las características es que las señoras utilizan su vestidura de gala se llama su pucha y utilizan en la mano derecha una especie de bastón, significa hacerle frente al mal.
La danza empieza por el norte, significa busca el equilibrio con el fuego, con el agua, el aire y la tierra. Danzan en forma de cruz significa darle muerte a los pecados y reafirmando con el otro pie sus valores culturales, la creencia en su pueblo en sus tradiciones.