16/marzo/18.-“La posición del espantapájaros es una especie de ser espiritual que cuida el maíz” es lo que mencionó el maestro José Luis Zesati en la inauguración de su exposición “Un cuento de maíz” en las instalaciones de Casa Chihuahua Centro de Patrimonio Cultural, como parte de sus Jueves de Puertas Abiertas.
Estuvieron en el presídium autoridades de la Secretaria de Cultura, de la Universidad Autónoma de Chihuahua y de Casa Chihuahua.
El expositor señala “Esta exposición surgió más de 12 años, nació de mi inquietud de una fascinación al maíz al campo, las mazorcas, las cañas, recuerdo mi infancia cuando estaba cortando las cañas los elotes, porque lo iban a cocinar en casa, estar jugando en las milpas es una vivencia que no se olvida, yo tengo mucha hermandad con la tierra, esto presenta una alegoría se podría decir la ambición de un hombre, sobre la tierra en este caso lo encajo en la cuestión del maíz un hombre que se transforma en espantapájaros sin saber que iba ser eso, cuidar qué? El alimento que es el maíz, abre y cierra en una forma circular”.
El papel y el lápiz, el bolígrafo y la pintura, son elementos ideales para José Luis Zesati, en los que confía, sus grandes aliados y que usa como herramientas para externar sus ideas.
De manos hábiles y gran conversador, el maestro Zesati nos plantea gráficamente “Un Cuento de Maíz”, en el que describe a sus protagonistas siempre en movimiento y a la luz como fibra conductora, narradora de lo que sucede en cada escena, en una noche o en un conjunto indefinido de noches, en blanco y negro, pero también usando de manera controlada y muy discreta el color en otra serie que reinterpreta el cuento, que continúa el ciclo de vida y de muerte, del mismo origen y emergente de la tierra, de los peligros y de las alianzas del maíz con el hombre para la supervivencia de ambos.
Zesati expresó “La metáfora es que cada hombre trae en sí mismo una misión determinada, que no sabe cuál es, yo hago una alegoría con un espantapájaro, pero puede ser otra misión que trae otra misión en la tierra, y la cumple, en este caso un acercamiento a una cosa espiritual por la posición del espantapájaros es una especia de ser espiritual que cuida el maíz”.
El maestro Zesati se refiere a un cuadro en especial donde menciona “Los elementos que lo van hacer espantapájaros ya están en el aire, es una situación espiritual, viene siendo como el alma, ay esta acurrucado en el lugar que le corresponde, en el lugar que le dio el destino, a cuidar el maíz, cuando el espíritu llega y lo corona y cierra donde comienza el cuento, un aerolito que pasa por el espacio, para que haya coherencia en una cuento tiene que ver un circulo”.
José Luis Zesati nació en Guadalupe, Zacatecas, sin embargo desde muy pequeño reside en la ciudad de Chihuahua. Es autodidacta, diseñador, dibujante e ilustrador. Su obra ha sido publicada en diversas revistas de divulgación científica, artística y académica del estado; ha impartido cursos de ilustración y cuenta con quince exposiciones individuales y cuatro colectivas, realizadas en los principales centros culturales del estado, la CDMX y California.
Cereal maravilloso, originario de América, el maíz ha sido motivo de atención y preocupación por los experimentos genéticos, la creación de transgénicos como resultado de ello, la contaminación de los suelos, las controversias y es motivo ahora de una reflexión sobre lo que ha significado para nuestras culturas, originalmente culturas del maíz y su legado: semilla generosa, cuya respuesta a su cuidado, al trabajo de la tierra que lo contiene, nos da el sustento cotidiano y nos da también identidad. Es así como a través de “Un Cuento de Maíz” el maestro Zesati nos hace recordar que ambos, hombre y maíz somos en esencia polvo estelar.
