Anécdotas del Hotel Hilton

Recopilación de las notas más relevantes del Periódico Impreso Tercera Edad que circuló por mas de 20 años

 

Anécdotas del Hotel Hilton

Por Oscar Hernández Licón

Periódico Tercera Edad del año 2006

La Fraternidad “Víctor Armendáriz” de Ex Empleados del Hotel Palacio Hilton, sigue vigente reuniéndose en sesión-comida el primer domingo de cada mes. Las citas son en casa del compañero Rodolfo Granadino, un pilar del grupo al igual que lo fue el muy recordado Víctor Armendáriz.

Y esas tardes en el espacioso jardín con árboles de donde penden sabrosas manzanas, peras, uvas y limones, con mesas debidamente colocadas y protegidas por sombrillas y con bonitos adornos florales, son inolvidables. La atenta familia Granadino se desvive por atender al desordenado grupo de (iba a decir «viejitos», pero no), al grupo de la heroica 3a. Edad.

El grupo sobrevive sobreponiéndose a la ausencia de los compañeros que ya están en el sueño de la muerte y que son recordados en el primer punto de cada reunión; otros, por enfermedad no pueden asistir y algunos que, a pesar de las invitaciones, no asisten o no les agrada el grupo. Grupo, cuyos integrantes, hace muchos ayeres, nos desempeñamos en diferentes puestos de aquel bello edificio que fue el Hotel Palacio Hilton. Y, hoy, como en aquellas sesiones o fiestas sindicales, nos vemos departiendo los que fuimos almacenistas, meseros, recamareras, cocineras, limpieza, administradores, cantineros, bell boy y otros departamentos.

En la reunión del 3 de octubre se conmemoró el 5o aniversario de la Fraternidad que inició el 16 de septiembre de 1999, en el restaurant Los Canastos, después de un trabajo que desarrollaron estudiantes universitarios sobre el Chihuahua de antaño. Esos estudiantes fueron localizando a ex empleados del Hotel y a propuesta de Víctor Armendáriz, Agustín Flores y otros compañeros, se acordó conservar el grupo y tratar de aumentarlo. Mucho nos alientan las palabras que Víctor, ya enfermo, expresó en una reunión: “nos iremos ausentando porque es la ley de la vida pero, no queremos, hermanos, que el grupo se desanime y se desintegre… hay que seguir adelante, hasta el final”…

Y, así, damos una cuota mensual y se organizan módicas rifas para tener un fondo y emplearlo en casos especiales. En esta última reunión se notificó que hay que renovar el fideicomiso que algunos tienen con una agencia funeraria. Se dio pronto trámite a la junta porque hizo su arribo el buen guitarrista y cantante Chano Hernández que desempolvó melodías de la época de oro, como: Caminos de Ayer, Desdén, Desesperanza, Un Viejo Amor y muchas más… y se animó la gran cantante del personalísimo estilo, Socorrito Gutiérrez, a recordamos cuando amenizaba la famosa Hora Alegre del Hilton, e interpretó bellas melodías como: Escarcha, Rival y otras; entonces, la guapa María Elena Sneider, que un tiempo fue doble en el Distrito Federal, de la actriz Irma Dorantes, se lanzó al ruedo y con su bien timbrada voz, cantó: Se me olvidó otra vez (de Juan Gabriel), Mujer Ladina y algunas más. Las melodías, aplausos, risas y recuerdos invadieron el jardín hasta que, cerca del anochecer, nos fuimos despidiendo.

Para terminar, una anécdota de las muchas que tiene el Hotel, que contó Lencho Sapién: “al Hotel iban empresarios, políticos, deportistas, agentes viajeros (unos muy «mulas») y, en fin, de todo, bueno, casi de todo porque, unos días, se rumoró que, en las noches, llegaban mujeres de buen ver y mala fama… y, en una de esas, se presentó a la administración un huésped con una despampanante chamacona y el atento y responsable administrador advirtió: «la dama no puede pasar»- ¡ por qué no, si viene conmigo!—Pues sí, pero no pasa—¡que si pasa!- y en el tira-tira los huéspedes que veían la escena, soltaron la carcajada, mientras la «dama» se despojaba de la peluca, tacones y postizos, resultando ser un vacilador agente viajero que no se supo en dónde se maquilló y cambió para aparecer como una despampanante chamacona.