20/noviembre/15.-Casa Chihuahua Centro de Patrimonio Cultural festeja su noveno aniversario y en el marco de sus festejos se inauguró la exposición “Mar-Al-Fil”, la noche de ayer.
Estuvieron presentes en el podium María Isabel Sen Venero, directora de Casa Chihuahua; Salvador Miranda Duarte, secretario Ejecutivo del Fideicomiso CCH; Luisa Ricaud Cano, Promotora de la Cultura; Soledad Sotelo Belmontes, en representación de la Secretaria de Hacienda y Crédito Publico; Alberto Ávila Cisneros, director del Instituto de Cultura del Municipio y Sergio Reaza Escarcega, director del Instituto Chihuahuense de la Cultura.
Esta es una colección de piezas talladas en marfil, que pertenece a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la cual estará vigente hasta el 8 de febrero del próximo año.
La SHCP se convirtió en depositaria de esta colección de marfiles, la mayoría de ellos provienen de China y Japón, corresponden a los siglos XIX y XX. Rafael Alfonso Pérez y Pérez, subdirector y curador del Museo de la Secretaría de Hacienda, explica que en ellos se aprecia una estética de temas búdicos, de culto o populares; estas piezas traídas de lejanas regiones fueron realizadas para satisfacer una demanda de comercio “turístico” y son un claro ejemplo de la estética oriental.
La palabra marfil (mar-al-fil) proviene del árabe y significa “hueso de elefante”, este material se caracteriza por ser duro, compacto y de color blanco, que con el paso del tiempo llega a tornarse más amarillento. Desde tiempos remotos ha sido una de las materias más empleadas para la talla directa de piezas, tal vez porque su composición combina dos cualidades: resistencia y textura marmórea.
Uno de los países que se ha distinguido por el arte de la talla de marfil ha sido China. En donde se observa una estética singular y reconocible en este material, con objetos en los que sobresalen las figuras de animales, plantas, paisajes, etc. Desde mediados del siglo XV hasta principios del siglo XX la industria artesanal comenzó a prosperar y la estética derivada de una realeza imperial incrementó la demanda de tallas, disparando un desarrollo sin precedentes en este tipo de artesanía. Como resultado, aparecieron muchos artesanos de valía en todo el oriente, los cuales producían un gran número de hermosas piezas en colmillos.
No obstante la belleza y valor estético de estas piezas, hay que dejar en claro que el comercio del marfil fue prohibido por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) de la cual México es miembro desde julio de 1991. Sin embargo el tráfico ilegal del marfil a nivel mundial se ha triplicado en la última década y, de acuerdo a la WCS (Conservación de la Vida Silvestre) cada día matan aproximadamente a cien elefantes africanos para la obtención de sus colmillos. La población de elefantes ha disminuido notoriamente ya que actualmente existen cerca de medio millón de ejemplares, cuando en 1980 existían más de un millón doscientos mil.
La maestra María Isabel Sen, directora de Casa Chihuahua, comenta que estas piezas reflejan el arte en todo su esplendor, han sido realizadas con prácticas que pertenecen al pasado y son simplemente únicas. No es posible continuar con la talla del marfil a costa de la supervivencia de una especie animal, es por esto que se debe dar especial cuidado a las piezas ya existentes, con la misión de crear conciencia en la situación que vive la población de elefantes en todo el mundo, pero principalmente en África.