04/Noviembre/19.-El agujero negro se encuentra en el corazón de la galaxia M87 en la constelación de Virgo, así lo expresó el científico Gerardo Herrera en la presentación de su libro “Agujeros negros y ondas gravitacionales”, el pasado fin de semana en la Feria del Libro de Chihuahua (Felich) 2019.
Explico que el agujero negro se encuentra a 55 millones de años luz de nuestro planeta y fue fotografiado por un proyecto internacional que combinó el poder de una red que cuenta con ocho radiotelescopios alrededor del mundo.
El nombre de la iniciativa es Telescopio del Horizonte de Sucesos, Event Horizon Telescope o EHT por sus siglas en inglés, una colaboración en la que participan cerca de 200 científicos.
Mencionó con orgullo que parte de este descubrimiento fue gracias al Gran Telescopio Milimétrico que se encuentra en México.
Las personas asistentes, entre docentes, estudiosos del universo, niñas y niños, jóvenes y estudiantes, abarrotaron la sala “Inés Arredondo” de la Felich, y finalmente formularon preguntas como ¿Es verdad que si entras en un agujero negro viajas en el tiempo?, ¿Por qué los agujeros negros se forman en el centro de las galaxias? o, ¿Los agujeros negros tienen tiempo de vida?
“Albert Einstein no creía en los agujeros negros, trató de calcular su formación y encontró que era imposible, sin embargo, se tuvo que desarrollar mucho la física para entender cómo es que se puede morir una estrella, como la nuestra, que eventualmente morirá”, expuso.
Continuó explicando que cuando las estrellas agotan el combustible entonces se colapsan y explotan, “pero cuando las estrellas tienen una determinada cantidad de masa entonces ocurre un fenómeno progresivo: los protones se juntan con los electrones y se convierten en neutrones, y eventualmente se forma una estrella de neutrones”, dijo.
“Pero si la fuerza gravitacional es más fuerte y el proceso de colapso llega a niveles que normalmente solo pueden ser descriptibles con la mecánica cuántica, ocurre algo que nunca había pensado Einstein, y es que en algún momento eso se iba a detener, porque las fuerzas ya no iban a permitir mayor compresión, ocurre entonces un fenómeno espectacular que hace que todo implote, y ahí se forma el agujero negro”, explicó.
El doctor Herrera, eminente físico de partículas nacido en la ciudad de Delicias, Chihuahua, desarrolló el sistema detector ALICE Diffractive y actualmente dirige un grupo de científicos mexicanos que desde el año 2014 implementaron este método para mejorar las investigaciones que se realizan en el proyecto ALICE (A Large Ion Collider Experiment), del Gran Colisionador de Hadrones, ubicado en la frontera entra Francia y Suiza.
El Gran Colisionador de Hadrones (LHC, del inglés Large Hadron Collider), es el dispositivo experimental más caro de la historia, el acelerador de partículas más grande y potente del mundo, que como su nombre indica, acelera partículas cargadas por medio de campos eléctricos y magnéticos para que choquen entre sí y de estas colisiones surjan nuevas partículas que son estudiadas para desentrañar los elementos que componen la materia de la que está hecho el Universo, incluidos los seres humanos y sus interacciones.
Gerardo Herrera ha escrito más de cuatrocientos artículos especializados en el área de Física de Partículas Elementales, y recientemente publicó el libro “Agujeros negros y ondas gravitacionales, una mirada profunda al universo”, libro que fue recibido con entusiasmo por el público de Chihuahua.
En el texto, publicado por la editorial Sexto Piso, el autor habla de uno de los descubrimientos científicos más importantes del presente siglo, la detección de las ondas gravitacionales, así como de los agujeros negros, a los que están íntimamente ligadas.