Cuando los taxistas usaban traje y corbata

Recopilación de las notas más relevantes del Periódico Impreso Tercera Edad que circuló por mas de 20 años

 

Cuando los taxistas usaban traje y corbata

Los meros meros: “20 Negro», “15 Colorado”, “61” el “75″, “74” y el “315”. Natividad González, José Calderón, José Sinesio, Manuel González, etc. Muy pocos automóviles en Chihuahua pero muy buen servicio.

Periódico Tercera Edad de la edición 2007

Aunque usted no lo crea hubo épocas en Chihuahua en que los chóferes de los automóviles de sitio usaban corbata y traje y estaban obligados a bajarse y abrirle la puerta al cliente, y prestarle todo el auxilio que necesite mientras permanecía en el vehículo.

Claro es que en aquel entonces más o menos de 1940 al 1955 se cobraba entre un peso y dos pesos por viaje y en todos los sitios había operadores que recibían las llamadas de la clientela y enviaban los automóviles para prestar el servicio.

Hablamos de una época en que el “15 Colorado” instalado a un costado de Catedral era el mero rey de  sitios junto con el «20 Negro» de la Libertad y Victoria; del «61» frente a la Plaza Merino por la calle Libertad del «75» a un costado del Palacio Federal por la Vicente Guerrero; del «315» de la Victoria y 4a.; del «74» de la 11 y Libertad, “622″ de la Libertad y V. Guerrero.

En aquel entonces esos sitios eran suficientes para las necesidades de la capital del Estado que era una ciudad relativamente chica. Luego surgieron otros sitios como el «94» de la 11 y Escorza; otro en la 21a y Aldama; el «440» de la Juárez y Colon frente al Hotel Victoria, el”28” de la Independencia y Bolivar y el “29” de la Independencia y

Coronado, y otros más que fueron surgiendo en la medida que la población creció y reclamó mayor número de vehículos para el servicio público.

Habría que recordar que en los primeros sitios de automóviles figuraban personas como Natividad González, José Calderón, «Tríbílín» González, José Sinecio, Manuel González, Roberto Sánchez, Félix Chacón, Cayetano Porras y otras muchas personas que le daban brillo a los sitios de automóviles de esta capital.

Se exigía que los automóviles, en su mayoría Chevrolet, Ford y uno que otro Dodge se mantuvieran perfectamente limpios y que el chofer usara traje, zapato boleado y si el tiempo lo permitía el sombrero.

Estaban obligados también en algo que parece un sueño de prestar todo el servicio que el cliente reclamara. Bajarse y abrirle la puerta, encender el radio si lo pedía el usuario y así por el estilo en algo que parece un sueño.

Debe aclararse que en aquel entonces en 1950 aproximadamente la mayor parte de la ciudad carecía del pavimento en sus calles y eso hacía que se ensuciaran los vehículos.