Del Jardín de Las Rosas al Paraje de Los Indios, toda una época romántica de Chihuahua

Recopilación de las notas más relevantes del Periódico Impreso Tercera Edad que circuló por mas de 20 años.

 

Remembranza de don Juan Manuel Morones

Del Jardín de Las Rosas al Paraje de Los Indios

Toda una época romántica de Chihuahua

 

Periódico Tercera Edad de la edición 2008

 

Durante más de cincuenta años, don Juan Manuel Morones formó parte destacada en la vida social de la ciudad, pues fue en ese tiempo cuando dirigió el Jardín de las Rosas, el Paraje de los Indios y una docena más de locales destinados a la diversión de los chihuahuenses.

Precisamente el pasado día 15 de marzo, el señor Morones festejó de manera íntima su aniversario número 95, que dio lugar a que recordara algunos aspectos de su interesante vida y la trascendencia que tuvo entre todos los chihuahuenses.

Recordó que en el año de 1938 se hizo cargo del salón Coca Cola que se encontraba en un segundo piso de la calle Aldama. Ese negocio funcionó solo durante dos años, porque la empresa de refrescos lo prohibió aduciendo que ese nombre solo debía utilizarse en los refrescos y no en los locales. Se cambió el nombre por el de Cocoteros.

Cincuenta años más tarde, el señor Morones cierra el último de sus salones de baile: el Paraje de Los Indios.

Pero antes de eso, habría que recordar el Jardín de Las Rosas, del que los chihuahuenses mayores de 60 años, lo recuerdan como el hermoso lugar, lleno de romanticismo y al que recuerdan con nostalgia y que, ningún otro salón, ni aun el Paraje de los Indios lograron la belleza de aquel.

Y qué decir de las orquestas, de los grupos artísticos, de los solistas nacionales de mayor fama que vinieron a presentarse en los salones del señor Morones.

Los Panchos, cuando se encontraban en la cumbre de su gran popularidad, Sarita Montiel, Pedro Infante, Los Bribones, los Churumbeles de España, Elsa Aguirre y otros muchos artistas de primer orden.

De las orquestas no se diga: los solistas de Agustín Lara, Luis Alcaraz, la Sonora Santanera, Ramón Márquez y por supuesto Beto Díaz así como las orquestas locales dirigidas por Manuel de León, Kiko Rios, Fernando y Carlos Aceves, Roy Ramos, Roberto Borda, Meny Marmolejo, Ray Montoya y otras muchas Chihuahuenses.

El señor Morones nació en Chihuahua el 15 de marzo de 1913. Sus padres fueron José Domingo Morones y Teresa Aguirre que formaron una familia con once hijos, de los cuales, Juan Manuel fue el quinto.

Estudió en la Escuela Modelo, teniendo a Miguel Aceves Mejía como su compañero de banca. En esa escuela estuvo solo dos años, porque a partir del tercer año, el plantel era solo para niñas y él emigró a la escuela Anexa de la Normal, siendo alumno de la destacada maestra Lucrecia Casavantes. Ahí permaneció otros dos años porque fue matriculado en el Palmore teniendo como maestro al profesor Francisco Cepeda, también de muy grata memoria.

Cuando terminó su educación, trabajó a partir de 1932 en la Guay como maestro de educación física y ahí fue donde empezó a organizar los famosos “soirees”, los jueves, con la orquesta de Manuel de León y que resultaron un éxito, al igual que aquellos famosos bailes rancheros de la “Y”.

Don Rafael Villalobos, que era el gerente de la Cervecería Carta Blanca propuso al señor Morones que se hiciera cargo del salón situado en la calle Aldama, segundo piso que denominó “Coca Cola”, pero que antes era el Blanco y Negro, Iris y Terpsícore.

Después del Salón Coca Cola, le puso Cocoteros y luego “Sans Soucí”.

Años más tarde el “Güero” Campos, gerente de la Cervecería Cruz Blanca le propuso que se hiciera cargo del Jardín de las Rosas que operaba el señor Jesús Rivas y sus hermanos Salvador, Agustín, Remedios y Lupe.

El señor Morones procedió de inmediato a remodelar el local. Por principio la pista de baile fue ampliada y se le puso mosaico. Se plantaron muchos más árboles, algunos de ellos traídos de los Estados Unidos de acuerdo con el clima de la ciudad.

Se plantaron muchos, muchos rosales.

Se puso una fuente con peces de colores, iluminada con gas neón y en el centro, un kiosco de madera cubierto con cáscara de pino tipo rustico. Se abrieron los jardines con sus pasillos y se iluminó aquello como nunca antes había tenido en Chihuahua.

Funcionaba solo durante la primevera y el verano. Se abría la temporada con el baile del sábado de Gloria y se terminaba en pleno otoño.

Eran famosos los bailes Rancheros, los del Estudiante, los del 15 y 16 de septiembre y para el Día del Estudiante, se rentaba exclusivamente para el Circulo Fraternal del Instituto.

El señor Morones operó el Jardín de las Rosas durante 16 años, siendo el lugar preferido por la sociedad entera.

En el año de 1958, cerró sus puertas.

Luego vino el Paraje de los Indios hasta el año de en este lugar, los bailes se organizaban en el gran salón y en los jardines cuando el tiempo lo permitía.

Los domingos, por ejemplo, era común la tardeada que amenizaba la orquesta de Carlos Aceves, que durante muchos años se mantuvo como el conjunto exclusivo.

Tocaba frecuentemente Beto Díaz en festejos a los que tenía acceso el público que quería o en las bodas, reservado solo para los invitados.