08/agosto/16.-El inicio de actividades en teatros del 12o. Festival Internacional Chihuahua fue de la mano de una de las figuras de la escena mexicana más difíciles de definir como tan fáciles de aplaudir: Astrid Hadad.
La cantante, actriz, diseñadora y más, trajo al FICH 2016 su México muy personal, desde la fundación de Tenochtitlan, la conquista, la independencia hasta los tiempos actuales, con todos sus personajes, vistiéndolos con su peculiar estilo narrativo-musical.
Un viaje de 500 años de historia por la ‘‘Tierra Misteriosa’’ lleno de canciones, trajes que van más allá de la imaginación y música en vivo de primer nivel, fueron los ingredientes de más de dos horas de espectáculo para terminar con un público esclavizado al humo ácido de esa ’diosa pagana’.
Fiel a su costumbre, Astrid Hadad como estatua en medio del escenario fue vistiéndose y desvistiéndose ante la mirada de todos, así, convertida en una pirámide o en una pared de cráneos, canta, baila y desentraña su México, desmitificando o mejor dicho, humanizando, a los `héroes que nos dieron patria’.
En la parte musical, la Hadad no solo se atreve a hacer una reinterpretación en las letras de temas clásicos del cancionero popular mexicano como ‘La cucaracha’, ‘La llorona’, ‘La rielera’ o ‘La bamba’, sino a dar a conocer otros de su propia inspiración: ‘El ombligo de la Luna’, ‘Tierra misteriosa’, ‘Yo la mala, yo Malinche’.
La desgarradora y poderosa voz de la pequeña mujer en estatura, pero enorme en propuestas artístico-creativas se impuso ante un Teatro de los Héroes lleno que terminó despidiéndola de pie.
Nacida en Chetumal, Quintana Roo, Astrid Hadad es egresada de la Escuela de Teatro de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), rompiendo con su estilo las barreras del arte convirtiéndose en una artista multidisciplinaria.
Figura requerida alrededor del mundo, como el Festival de la Danza (Lyon, Francia), de Teatro de Colombia, de Suiza, FITAM de Chile y Festival de Teatro del Mundo de Alemania; el de Música de Macao, China, el de Australia, el de Italia y el de Artes de Boston, Estados Unidos.
La noche de Astrid Hadad en Chihuahua fue de la provocación a la diversión y viceversa, porque, ‘‘Los mexicanos hasta lo horrendo lo volvemos arte’’.
Más temas como ‘‘El Adiós del Soldado’’, ‘‘La tequilera’’, y tirada en el piso, ‘‘Como un calcetín’’ sirvieron para cerrar el espectáculo.
Ya despojada de los vestidos con focos o de taquilla de circo, la también directora agradeció que se siga invirtiendo en la realización de festivales culturales para acto seguido, salir y atender a su público con firma de autógrafos incluida.