Cientos de personas de diferentes partes del país y del extranjero que fueron llevados en más de 20 camiones y en carros particulares, se admiraron cuando de un cielo cerrado por las nubes, de pronto, se abrió una ventanita y todos pudieron disfrutar del espectáculo: observaron como la luna cubría en su totalidad al sol, por lo menos durante cuatro minutos, vieron la corona solar.
El espectáculo que se dio en la Universidad Autónoma de Chapingo, Bermejillo en el municipio de Mapimí, en el estado de Durango. De un desaliento generalizado, al disfrute pleno del impresionante fenómeno atmosférico.
Y vaya que lo disfrutaron. En la explanada de este lugar, decenas, quizá cientos de personas llegadas de todo el país, de escuelas, universidades, estudiosos de la astronomía y público en general pasaron del desaliento al gozo en solo unos minutos.
El singular fenómeno tuvo en Mazatlán, Sin., su mayor exposición que luego., minutos más tarde, se repitió en este lugar ante un público expectante.
Desde temprana hora arribaron a Bermejillo decenas de personas con la esperanza de disfrutar del espectáculo atmosférico. El público provenía de todo el país, pero de manera preferencial de los Estados de Chihuahua, Durango y Coahuila.
Desde temprana hora un banco de nubes cubría el horizonte y solo hizo suponer a los estudiosos de la meteorología, que no podrían admirar el fenómeno.
Sin embargo, la esperanza se mantuvo. Centenares de telescopios, chicos, medianos y grandes, permanecían instalados con la esperanza de acercar a la vista del ojo humano el espectáculo que no se repetiría en muchos años.
El desaliento aumentaba y más cuando se enteraron que en otros lugares, ya se estaba empezando a observar el fenómeno y que la luna cubría poco a poco la inmensidad del sol.
Sin embargo, algo venturoso ocurrió: se abrió una ventanita en el banco de nubes y así se pudo disfrutar del espectáculo.
El público, animado, cantaba y llama a todos para que apreciará el espectáculo, en un lugar privilegiado.
Bermejillo es un modesto poblado del estado de Durango. Sus moradores sobreviven, mantenido las parcelas con ganado lechero que les proporciona el sustento diario para ellos y sus familias.