El amor incondicional de una madre en el libro «Beto, una lección de vida»

Updated on:

05/septiembre/14.-Anoche presentaron el libro «Beto, una lección de vida» escrito por María Lourdes Valdés ,trata sobre la vida de un pequeño con parálisis cerebral y los retos que enfrentó junto con su familia hasta su fallecimiento, en Casa Redonda.

Ante un recinto totalmente lleno, (pocas veces visto) el libro fue presentado por doctores José Antonio Leal del Rosal quien elaboró el prólogo de la obra; el Dr. Jesús Mejía Valdéz y Lic. Iván Carlos en representación del Instituto Chihuahuense de la Cultura.

El libro narra la experiencia de vida como madre cuyo bebé al nacer de forma prematura tuvo complicaciones severas de salud, y al tener todos los diagnósticos médicos en su contra, luchó y buscó por todos los medios posibles el desarrollo óptimo de su hijo, su integración a la sociedad y con ello obtuvo también la unión familiar que se logró gracias a la discapacidad del menor.

“Beto”, como le decía de cariño su familia, nació un 5 de julio de 1990 a los 8 meses de un embarazo de alto riesgo y debido a una hemorragia, fue diagnósticado con parálisis cerebral con Síndrome Lennox Gastaut, lo que le provocaba crisis convulsivas de muy difícil control. Sus padres al principio no creían la noticia, aun así, decidieron sacarlo adelante con tratamientos, juegos y mucho amor.

“He encontrado la paz espiritual, fue una catarsis volver a revivir todos los momentos que viví con mi hijo, fue esa catarsis la que me ayudó a seguir adelante. Ahora estoy trabajando en una consultoria con mi esposo, tratando de seguir adelante” asegura María Lourdes, quien describe la muerte de un hijo como el dolor más inmenso, algo que jamás se olvida.

La autora afirma que el texto fue escrito en primera persona, para que el lector pensando en compartir con el lector los momentos de angustia y tristeza que pasó junto a su hijo, pero también los de felicidad, ya que se trataba de un niño con muchas ganas de vivir, por lo que en esta obra detalla los momentos más significativos, lo que hacía cada día con él, el tiempo que le dedicaba para que siempre estuviera ocupado en algo, a través de juegos para hacerle los momentos de hospital más llevaderos,  pese a que “Beto” hablaba muy poco, ya que su madurez mental era de un niño de dos años.

“Beto” falleció a los 18 años y medio de vida el primero de enero del 2009, luego de permanecer internado por un largo periodo en terapia intensiva a raíz de una Escoliosis que hizo que colapsaran su columna y su pulmón con crisis convulsivas muy severas que padeció toda su vida.