«El Cuadrado» y las Grutas de Nombre de Dios

Recopilación de las notas más relevantes del Periódico Impreso Tercera Edad que circuló por mas de 20 años

 

«El Cuadrado» y las Grutas de Nombre de Dios

Por José Cruz Villegas Macías

Periódico Tercera Edad de la edición 2000

 

Difícil fijar la fecha. Fue por la década de los cuarenta. Había por entonces diferentes emociones que nos hacían distraídos; tal vez, una muy importante, fue la edad militar, la inquietud y la novedad que nuestra vida era seleccionada por clases; la 24, la 25; además, muy pendientes de un sorteo, el del color de la bola, blanca o negra.

Fue también por esos años cuando por diferentes acciones espectaculares pude conocer al señor Jesús Valdés Montes. Casi al terminar la década anterior había experimentado con un viaje de México a Nueva York a pie; para confirmar su trayectoria, pudo demostrar documentación y fotos de personas importantes de cada lugar.

El Cuadrado, como era conocido, compartía sus actos con un grupo de muchachos que se decían “Tribu de Exploradores Mexicanos”. Su cuartel estaba ubicado en la esquina de las calles Segunda y Aldama, casa que guardaba el museo de minería, desaparecida al edificar el Cine Plaza.

El Cuadrado y su Tribu tuvieron una actuación muy especial en el incendio del Palacio de Gobierno.

En 1943, dio con las Grutas de Nombre de Dios; su campamento lo ubicó apenas pasando el Rio Sacramento, dentro de aquel enorme bosque que con facilidad envolvía toda el área de las Quintas Carolinas.

Durante algún tiempo, todo el grupo le dedicó tiempo a hacer la entrada. Con pintura roja fueron marcando las flechas como guía del camino a seguir. Con peldaños rústicos marcados en la roca, fueron fijando los diferentes niveles y dando cuenta de los enormes salones hasta llegar al fondo.

Casi al año del descubrimiento de las grutas, ocurría la inundación de Hidalgo del Parral, por el año de 1944. Ahí, El Cuadrado dejó para siempre la huella de su carácter, su afán de servir a costa de su propia vida.

En 1946, tal vez recordando al Jefe, uno de sus cumplidos muchachos de la Tribu, Abelardo Cobos Gamboa, me hizo la invitación de ir a reconocer uno de los grandes logros de El Cuadrado, “Las Grutas de Nombre de Dios”.

En esos años, no era difícil ir y venir de Nombre de Dios. Hicimos ambiente entre la muchachada con la idea de un día de campo incluyendo a las damas; el grupo que al fin estuvo dispuesto a entrar a las grutas estaba compuesto por las siguientes personas: Abelardo Cobos como guía, Néstor Gameros, Antonio García Sierra, Humberto Cobos Gamboa, Jorge Luján, Jesús Gutiérrez y su servidor. Las damas fueron únicamente María y Aurora Gutiérrez.

Nuestro equipo de exploración se componía de unas potentes lámparas de mano con pilas y una soga, por las dudas. Fuimos avanzando de acuerdo a las marcas ya existentes y gozando de un espectáculo nunca visto; el Salón de los Candiles, fue el primero que pudimos admirar en la enorme cueva. Las luces de las lámparas daban en las múltiples estalactitas y reflejaban un sinfín de colores. Luego, con paso lento llegamos a otro salón, el de “los Frailes”; allí las estalactitas se habían elevado en forma gruesa y la silueta de su sombra daba la impresión de unos monjes. El último salón fue la antesala del pocito o manantial.

Los nombres de cada pasaje fueron el producto de la imaginación de El Cuadrado. Una extraordinaria aventura que ya sobrepasó el medio siglo, a propósito de los últimos acontecimientos ocurridos en las mentadas grutas de Nombre de Dios, las cuales ya cobraron dos vidas.

Lástima, nadie hace mención de Jesús Valdés Montes, “El Cuadrado”, el primer hombre que sin pedir nada y por su cuenta y riesgo hizo fácil la entrada a las grutas de Nombre de Dios.