La Habana, Cuba.-Una de grandes joyas arquitectónicas que cuenta Cuba es el Gran Teatro de La Habana, situado en el centro de la ciudad, pose múltiples salones para diferentes actividades artísticas y culturales, años atrás fue el Palacio del Centro Gallego. Donde estuvieron grandes actores, bailarines y cantantes de una gran época como Enrico Carruso.
Fue inaugurado en 1838, con cinco bailes de máscaras durante el primer domingo de carnaval, llevó el sonoro nombre de Teatro Tacón en honor al Capitán General don Miguel Tacón. Se dice que aquel histórico día entraron al interior del teatro más de ocho mil personas.
Terminado en 1914 con estilo neo-barroco y tiene una fachada una escultura en piedra y mármol toma estilo de la figura humana. Presenta también cuatro grupos escultóricos hechos por Giuseppe Moretti, que constituyen simbólicos a la beneficencia, la educación, la música y el teatro.
En su interior, el más importante de sus espacios es la sala «García Lorca», antiguamente denominada Gran Teatro Tacón que tuvo sus primeras presentaciones en noviembre de 1837, y la inauguración oficial en abril de 1838. Activo desde entonces, por su escenario han desfilado las compañías y figuras más significativas del arte universal, como las bailarinas Anna Pavlova y Alicia Alonso, las actrices Sarah Bernhart y Eleonora Dusse, las sopranos Adelina Patti y Victoria de los Ángeles, el tenor Enrico Caruso, los bailarines Antonio Gades y Carmen
Amaya, los músicos Arthur Rubinstein y Serguei Rachmáninov y otras muchas personalidades de alto relieve internacional de los siglos XIX y XX.
El teatro actualmente es el escenario principal del Ballet Nacional de Cuba, asimismo acoge las temporadas del Centro Pro-Arte Lírico con sus programas de óperas, zarzuelas, operetas y conciertos. También es la casa del Ballet Español de La Habana, del Centro de Promoción de la Danza y sede de los Festivales Internacionales de Ballet de La Habana.
Está en función el teatro, para ir a la sala principal se tiene que pasar por varios pasillos donde se puede observar el paso del tiempo y la falta de mantenimiento.
Al entrar a la sala principal se percibe humedad y animales en la sala, como los gatos. Sillones de la sala general como de los palcos, descuidados, como si se hubiera detenido el tiempo.
En el último piso del edificio se observa una gran majestuoso salón, donde uno puedo imaginar en años atrás grandes eventos de manera monumental.
La primera función de temporada ocurrió el 15 de abril de 1838 con la obra «Don Juan de Austria», actuada por el ya famoso actor cubano Francisco Covarrubias.
Fotos: Andrés Páez Joannis