Recopilación de las notas más relevantes del Periódico Impreso Tercera Edad que circuló por mas de 20 años
Hotel Apolo
Por: María Elena Verduzco
Periódico Tercera Edad del año 2003
El centro de la Ciudad de Chihuahua luce diferente, despejado, han demolido viejas estructuras que nos eran familiares para dar paso a la modernidad. Toca su turno al Hotel Apolo. ¿Quieres conocer su historia? Hagamos un viaje a través del tiempo.
Situémonos en la esquina de las actuales calle Juárez y Venustiano Carranza, a finales del siglo XVIII, todavía en la época Colonial (1790) veremos una casa grande “La Casa de la Plazuela” en un terreno muy amplio, cuyo patio trasero se extiende hasta el Río Chuviscar.
Ésta casa era de Don Santiago Gómez de Escontría, quien gustaba de vivir bien. En sus últimos años había gastado todo su dinero, vendiendo incluso los bienes y propiedades que en otro tiempo había poseído en abundancia.
Cuando el dinero se acabó, Don Santiago conservó la Casa de la Plazuela, en la cual vivía y que servía de respaldo a los préstamos y servicio que solicitaba confiado en que la esquina en que la fortuna lo volvería a favorecer, pero no fue así y al morir tenía varias deudas, don Antonio Gutiérrez Velarde era el principal acreedor quien se apresuró a solicitar que la finca se le adjudicara por el monto que se la debía.
A la muerte de Don Santiago, la finca paso a la familia Gutiérrez Velarde. El catorce de Septiembre de 1809, antes del movimiento de Independencia vendieron la casa a Don Miguel Jaurrieta, mismo que la habitaba en 1811 cuando Don Miguel Hidalgo y Costilla ingresó en calidad de prisionero a la torre del ex convento de Jesuítas frente a su casa.
A la muerte del señor Jaurrieta, la propiedad pasó a su hijo del mismo nombre. Miguel hijo, vende la casa a Doña Micaela González (1842) que estaba casada con un señor de apellido Solís, siempre vivieron en esa casa y procrearon varios hijos, mientras vivieron ahí, tuvieron lugar las invasiones extranjeras: La de los Norteamericanos en 1847 y la de los Franceses en 1865.
Al fallecer doña Micaela y su marido, sus hijos y nietos deciden vender la casa que para entonces era conocida como “La Casa de Solís” y fue habitada por ellos durante casi 40 años. En 1881 pasó a ser propiedad de Don Francisco Viniegra.
En ese tiempo, el antiguo colegio de Jesuítas había sido demolido.
Don Francisco no permaneció mucho tiempo como dueño y en 1885 la vendió al Banco Minero de Chihuahua, cuyo gerente era el señor Enrique Creel.
En 1885 José I. Sierra, un comerciante de la ciudad, casado con la señora Andrea Martínez, compró la casa al Banco Minero. Así, antes de terminar el siglo XIX, la finca era conocida como “Hotelito” y tenía capacidad para unas veinte personas.
En los años veinte, Andrea Transformó al “Hotelito” en el “Hotel Cosmopolita» dando lugar a la construcción de dos plantas que constaba de tres naves, además de la parte frontal, con un total de 50 habitaciones. Andrea sostuvo el giro de hotelería hasta principio de los años treinta en que falleció heredando a su sobrina Jovita Hernández quien murió intestada en 1935, pasando la propiedad a manos de su cuñada Cristina Martínez de Hernández a quien la compró don José Torres Ondovilla.
Al poco tiempo de haber adquirido el “Hotel Cosmopolita” en 1937, don José decide cambiarle el nombre y lo llamo “Hotel Apolo”.
Durante uno de sus viajes a la ciudad de San Luis Potosí, don José tuvo oportunidad de conocer el trabajo de un destacado pintor, Pascual Vázquez, a quien le propuso pintar los muros del “Hotel Apolo”.
El pintor aceptó y se trasladó a la ciudad de Chihuahua para plasmar en los muros delicadas imágenes a las que podríamos denominar apolíneas por estar llenas de luz, que han desafiado el paso de los años.
Don José y su Familia (su madre y hermanos) se sentían fuertemente atraídos por las bellas artes, especialmente por la música: eran amantes del bel canto.
Don José tocaba el piano y el violín, además de tener una voz muy agradable, en una ocasión cantó con la famosísima Fanny Anitúa, luciendo su situra de tenor.
El Hotel tuvo varias afectaciones, la primera fue en 1961 durante el gobierno de Teófilo Borunda, como consecuencia de la ampliación de la calle Once ó Avenida Venustiano Carranza.
La segunda fue en 1968,el gobernador Oscar Flores Sánchez comenzó a impulsar la ampliación de decenas de calles y en 1972 el Apolo se vio afectado por la parte trasera para abrir la calle Doblado. Hasta ahora el Apolo tuvo más suerte que otros hoteles como el Palacio Hilton que no sobrevivieron a la modernización.
Don José fue dueño del Hotel Apolo durante treinta y cuatro años, hasta su fallecimiento ocurrido en diciembre de 1969.Desde entonces hasta la fecha, sus descendientes lo han administrado.
Pronto este legendario Hotel será demolido y solo quedará en el recuerdo de todos los chihuahuenses.
Datos proporcionados por la Gerencia del “Hotel Apolo”.