Recopilación del Periódico Impreso Tercera Edad , año 2003
La Capilla de Santa Rita
Datos: Guía Histórica de la Ciudad de Chihuahua (Fco. R. Almada)
Tercera y Última Parte
Por: María Elena Verduzco
Los negocios mineros que manejaban el Sr. Urrutia vinieron a menos y éste y su esposa Doña Nicolasa se vieron obligados a otorgar escritura hipotecaria sobre bienes a D. Manuel Uranga en Junio de 1734 por la cantidad de $17,732.00. Al no pagar oportunamente, tres años más tarde traspasaron al acreedor doce barras de la mina denominada “San Judas Tadeo”, sita en el mineral de Santa Eulalia, quedando salada la cuenta. Posteriormente el Sr. Urrutia y señora otorgaron una nueva escritura hipotecaria al Sr. Uranga por la suma de $13, 129.175 que quedó fincado sobre la hacienda de beneficio de “El Cura” y sus anexos. Al vencimiento del plazo para pagar, nuevamente no pudieron hacerlo y Doña Nicolasa se negó a otorgar el traspaso definitivo y a su fallecimiento la citada Hacienda pasó a sus hijos Juan Manuel, Isidro Manuel, Agustín Francisco y Juan José Aguirre y Manuela Urrutia.
Al no obtener el pago de lo que se le debía, el Sr. Uranga siguió juicio legal y logró que se le diera la posesión de la Hacienda. A su fallecimiento pasó a sus sobrinos presbíteros Juan Antonio y José Antonio Uranga y coronel Francisco Javier del mismo apellido.
Al morir los Bachilleres Uranga hicieron cesión de todos sus bienes para Obras Pías, el Juez de Capellanías del Obispado de Durango ordenó que fueran ocupadas todas sus propiedades, ordenando que dichos bienes se sacaron a remate.
El Coronel Francisco Javier se opuso a este procedimiento que si sus hermanos habían hecho cesión de todas sus propiedades, él no la había ejecutado así. Se interpuso el recurso de revisión el cual fue aceptado y se ordenó que le devolvieran los bienes que eran de su propiedad.
Salvador Uranga, hijo del Coronel se hizo cargo de la Hacienda de Santa Rita y sus anexos, encontrándose está en decadencia y solo se conservó la Capilla y la Huerta anexa.
Por iniciativa del Gobernador del Estado, Gral. José Joaquín Calvo, el Ayuntamiento inicio pláticas a principios de 1837 con Doña Zeferina Aguirre Viuda de Uranga y sus hijos, con el objeto de adquirir la finca denominada Santa Rita para establecer allí un Hospicio de Pobres en el que se recibiera auxilio la gente menesterosa y de común acuerdo se hizo la adquisición en la cantidad de $800.00 pagados del fondo dotado por el filántropo Manuel Antonio de Escorza para obras de beneficencia. Los gastos de sostenimiento lo cubrirían por mitad el erario del Estado y el citado fondo.
Este proyecto no llegó a realizarse y en marzo de 1839 acordó el Ayuntamiento que se procediera a remate la finca de Santa Rita en pública al moneda y que sus productos se destinaran a restablecer la Casa del Obraje; pero no se presentaron postores y concluyó por rentarse a particulares en $40.00 anuales. El mal estado en que se encontraba la propiedad obligó a las autoridades municipales a reducir la renta y en 1849 solamente producía veinte pesos al año, por lo que el Síndico 1º D. Bernardo Revilla propuso que se solicitara autorización del gobierno para venderla..
Por ese tiempo se anunciaba la invasión de cólera – morbus en el Estado de Durango, el Gobernador Trías opinó que el local se destinara para Hospital civil y que se acondicionara con el saldo del fondo de Escorza. El cólera — morbus invadió el Estado y llegó hasta la Capital sin que se hubiera organizado el hospital proyectado.
La Ley de Desmoralización de los Bienes de Manos Muertas de 25 de Junio de 1856 prohibió a las corporaciones civiles y eclesiásticas poseer y administrar bienes raíces. Por tal motivo el Ayuntamiento dispuso que se diera cumplimiento a dicha ley en cuanto tocara a las propiedades del Municipio entre las que se contó la Capilla y Huerta de Santa Rita que paso a ser propiedad del Sr. Don Higinio Muñoz por la cantidad de $666.67 en que se remató, poco después la cedió a su hijo el Lic. Don Laureano y de este la heredaron sus descendientes.
El terreno que ocupaba la huerta fue vendida a un angloamericano llamado A.F. Smith en el año de 1908.
En Mayo de 1949 la familia Muñoz cedió sus derechos sobre la capilla de Santa Rita al Obispado de Chihuahua, el titular Dr. Guizar Valencia, dispuso que el edificio se renovara para abrirse al culto público y el 8 de Diciembre del mismo año bendecida por el titular del Obispado, quedó desde entonces en servicio activo. Las lluvias de Septiembre de 1968 ocasionó un derrumbe de consideración en la Capilla por lo que se clausuró y en 1969 se encontraba en periodo de reconstrucción.