La muerte de los “Cabooses”

Recopilación de las notas más relevantes del Periódico Impreso Tercera Edad que circuló por mas de 20 años

 

La muerte de los “Cabooses”

Por: Sergio Balderrama

 

Periódico Tercera Edad del año 2006

Cuentan que en una de tantas noches de intenso frío, de esas noches de luna llena y de un cielo estrellado bonita como aquellas que se ven en cualquier época del año en la Sierra, en el desierto o en los valles, por los patios de Tabalaopa en donde se encuentran todos los coches, furgones, locomotoras de ese equipo que para muchos ya pasaron a tercera edad, se encontraban dos compás cabooses dialogando respecto a los sueños de muchos de sus compás ahí presente, y como en esta época es propicia para sacar a flote todos los sueños, buenos deseos y demás pues ni tarde ni perezosos y aunque hacía mucho frío que calaba hasta los fierros le decía uno al otro.

– Que pasa compa caboose que lo veo medio triste, que tiene, – Nada, es que el otro día vi a Memo Jaramillo chico,

– Y él, ¿quién es? – Bueno es el hijo de Memo Jaramillo grande. – Ah. ¿Y que le paso?

– No pues que todavía no lo cree, y es que él era uno de los que aseguraba, que la regla de transportes 19 nunca iba a desaparecer, que podría haber cambios de lo que fuera, pero esa regla jamás desaparecería, que es la de protección de trenes a través de indicadores puestos en la parte trasera de un tren carguero o de pasajeros, y ya ve a nosotros los cabooses nos retiraron antes de tiempo sin siquiera haber entrado al gremio de la tercera edad, que por la tecnología de punta.

– Pero guardo la esperanza de que algún día nosotros los cabooses, así como los compás de los coches dormitorios, o los de primera o segunda, o bien los coches exprés podamos servir a los humanos otra vez de alguna forma.

– A poco – Pues a poco no, fíjese compa nada más imagínese, que nosotros fuimos hechos para servir a los compás garroteros, conductores y uno que otro de confianza como casa habitación, oficina, dormitorio, etc., pues contábamos con todo lo necesario, tenemos cocina, literas, estufa, baños, etc.

– Y que con eso – Pos como que, que todavía podemos ser útiles a los humanos que no tienen casa ni un techo donde dormir y que nosotros en lugar de estar aquí sin saber nada, podríamos serle útiles a todas esas personas que viven en la periferia o en los asentamientos tarahumaras, nomás imagínese.

– Bueno si compa caboose, pero como se podría dar ese sueño que tiene, pero que a mí me parece un sueño guajiro.

– No-compa, mire aquí donde estamos ya pronto nos van a quitar, que porque van hacer no sé qué cosa, así que a lo mejor pronto vamos a brincar la calle Juárez rumbo a con Kalich.

– Y eso que, – Bueno, que si los compás ferrocarrileros y algún que otro motivado por el sueño quisieran darnos una manita de gato, bien podríamos servir de casa habitación, casa escuela, casa donde se les pudiera dar un servicio social, etc. a todas aquellas personas que no tiene ni donde estudiar, comer, dormir.

– Bueno póngale que se pueda, pero como.

– Se podría empezar porque los compás se juntaran, hicieran eso que le llaman una asociación civil, y se asesoraran con el señor Kalich para que los asesorara a lo mejor podría funcionar.

– Ah, el señor Kalich, es el filarmónico de la fundación.

– No -compa no sea guey, se oye el ruido aguardentoso de un compa coche de pasajero no se dice filarmónico, se dice filatélico.

– Ah, – Bueno yo no sé cómo prestaban servicio ustedes dos, – El señor Kalich, es un filántropo, o sea, que siente amor por sus semejantes, y en éste caso podría hacer algo por los demás a través de nosotros.

– Se oye otro rechinar de fierros y se escucha una locomotora diciendo, – O sea, yo tengo el sueño de que hicieran una plaza donde me pudieran admirar y servir de enseñanza a muchos de cómo funcionaba, si al guey del palomar le hicieron una estatua, a nosotros bien podrían hacernos una plaza,

– No -compa es toro y tiene un porque, pero tiene razón sería fabuloso tener un lugar en el cual pudiéramos servir de enseñanza, capacitación y admiración ahí podrían estar las compás de vapor que están más empolvadas en las estaciones y nadie las admira.

– Pero volvamos al sueño del compa caboose. – Miren es cuestión como dije antes, de que se forme una asociación civil para este objetivo, – Servir de casa habitación, dispensario, centro de atención servicio social, etc. – Pero usted cree en eso.

– Claro que creo y también creo que existen compás ferrocarrileros que pueden ayudar en su creación. Y en la realización de su objetivo, tenemos al compa José Eduviges Yáñez, que nos puede echar la ayudada.

– No -compa dicen que se volvió sacerdote y que ejerce rumbo al Cerro de la Cruz – Compa ese es su hijo y creo que si lo dejan también puede echar el aliviane, al fin y al cabo para ; eso escogió su vocación, como nosotros el de servir a los demás, bueno cada cual en su rollo. – Tenemos por ejemplo a Carlos Carrera y a Reyes.

– Híjole compa como vuela lejos, a poco cree que el Gober. y el Secre. de Fomento Social van apoyar el sueño del compa caboose. – Bueno compa a usted lo pesaban por lo bruto – No también por lo neto.

–           Mire compa me refiero a Carlos Carrera, que fue el machín de almacenes, en su tiempo y a Socorro Reyes, que fue el machín de tomadores de tiempo, pero a los señores que mencionó estoy seguro que si se arma un buen proyecto les pueden ayudar a los ferrocarrileros para hacernos útil a los demás, y no nomás ellos, casi creo que las demás asociaciones de jubilados le echarían ganas y apoyarían a los demás, tenemos muchos que en su momento se los diré, pero por lo pronto, bola, y vaaamonos.

Hasta la próxima estación.