Durante la XXXVII edición de la Feria Internacional del Libro en el Palacio de Minería (FILPM) se celebró la presentación del libro sobre uno de los pintores más importantes de México y originario del estado de Chihuahua: Benjamín Domínguez.
“Hablar de Benjamín Domínguez encierra una gran responsabilidad, pues hacerlo no es solo circunscribirnos a la obra plástica que conocemos y que lo mismo se expone en Nueva York, en Shanghai, en Europa o a lo largo y ancho de nuestro país, hablar de él es evocar forzosamente la grandeza de un hombre poseedor de la sencillez de los grandes y la humildad del hombre sabio, cuyo amor a la humanidad nos obsequia un legado material y humano del que nos hace sentirnos profundamente orgullosos como mexicanos” , externó Sergio Reaza, director del Instituto Chihuahuense de la Cultura, durante su participación.
Al referirse a la ciudad de origen del pintor, destacó que precisamente es en Jiménez, ciudad de gran magnetismo no solo artístico sino físico donde cayeron tres de los aerolitos que decoran la entrada del Palacio de Minería y que después de haber deambulado por el espacio sideral por millones de años, decidieron tal y como el maestro Domínguez que ese era su lugar ideal en la tierra.
“Hoy se presenta un libro de lujo que lleva el sello de dos universidades hermanas que aunque separadas por más de dos mil kilómetros, se encuentran unidas por el amor al arte, y que mejor forma que rindiendo un justo homenaje a un chihuahuense universal”, expresó Reaza Escárcega.
La obra que lleva por título el nombre del pintor, fue editada por la Universidad Autónoma de Chihuahua y la Universidad Autónoma de Chiapas, en un lazo de solidaridad con el artista. El libro posee una recopilación del trabajo que ha realizado Benjamín, en los que destacan pinturas como Memorias, El juego de las decapitaciones y Los envoltorios de la memoria.
La obra del artista plástico lleva consigo una influencia muy fuerte del barroco clásico, los brocados y los gitanos. ¿Cómo es que un artista emergido del desierto chihuahuense en la década de los cuarenta pudo reproducir obras que a simple vista parecían de algún experto pintor italiano renacentista?.
La historia de Benjamín es muy singular y necesaria para poder entender su pintura. Hay que conocer a Jiménez, ciudad que lo vio crecer y compartir una vida totalmente excéntrica junto con migrantes árabes, chinos y sobretodo gitanos. Durante su infancia, se dedicó a coleccionar cajetillas de cerillos que incluían infinidad de pinturas e ilustraciones famosas, mismas que contenían una descripción de quién las había creado y en qué museo se encontraban exhibidos los cuadros originales.
Estas peculiaridades con las que creció son las mismas que lo influenciaron para concretar su estilo surrealista en el que expresa tantos sentimientos como la desvalorización, la belleza, el dolor, la santidad y que se prestan a una profunda interpretación con toda la carga simbólica e iconográfica.
Por último, Sergio Reaza Escárcega, director del Instituto Chihuahuense de la Cultura y quién también es el coordinador de las actividades del mismo estado invitado en la FILPM, recalcó la falta de proyección en artistas destacados como el caso de Benjamín quien, a pesar de tener una gran trayectoria y una presencia en el desarrollo cultural del país, no ha tenido el alcance que muchos desearían gracias a la mala difusión cultural que aún existe en toda la República Mexicana.
En la presentación también estuvieron presentes el escritor chihuahuense Mtro. Ramón Gerónimo Olvera y Heriberto Ramírez, representante de la Universidad Autónoma de Chihuahua.