Por : Andrés Páez Chavira
Junio/2021
Recientemente, mi hijo Andrés Páez Joannis, publicó en su periódico Pagina8, una columna que Yola su madre insertó hace algunos años en Tercera Edad, el periódico que editamos pero que ya dejó de aparecer. El tema de aquel trabajo se relacionaba con la relación que tuvieron el grupo de amigas del Colegio América y las muestras de afecto que siempre se procuraron.
Cantar aquel himno “somos las hijas del Verbo Encarnado…” era uno de los tintes que identificaba a las amigas aquellas y las mantuvo unidas a lo largo de los años.
El trabajo que menciono y que fue elaborado por mi esposa Yolanda Joannis Fierro se refiere a algunas de las vivencias que tuvieron mientras fueron alumnos de aquel Colegio situado frente al colegio Palmore y la Clínica del Parque.
Lo sobresaliente y ese es el motivo de este comentario, radica en que la amistad que como estudiantes mantuvieron, siguió en la vida de aquellas jovencitas y que ahora son damas, casadas, viudas y toda la gama de situaciones que la vida les ofrece.
La amistad fue la misma. Quizá ahora es más profunda porque las damas de ahora, comprenden la importancia de la convivencia en el colegio y la utilidad que tiene en el resto de sus vidas tan sincero, tan limpio.
Resulta que una de aquellas amigas, consideró conveniente que el trabajo que Andrés, mi hijo publicó en su periódico, llegara hasta cada una de ellas, sus viejas amigas y de paso, a los familiares de Yola, quien falleciera hace apenas poco más de un mes.
La reacción no se hizo esperar y todas las amigas aquellas, respondieron a contestaron y recordaron anécdotas que ocurrieron en el colegio. Parecería que daban como un hecho que Yola, seguía viva y que sus comentarios eran recientes…
La columna de la que hago referencia es la siguiente y los comentarios, la muestra de la acrisolada amistad que perdura aun después de la muerte….